Ecos de Estíbaliz

Los talleres que trabajaron en Estíbaliz dejaron una impronta de largo recorrido en los templos de las inmediaciones. En esta exposición veremos cuáles fueron los caminos recorridos y los modelos más empleados. A falta de documentación escrita, las imágenes nos permitirán reconstruir una red de relaciones desatendida y olvidada, pero cuyas huellas aún pueden verse en los templos de muchas localidades del País Vasco, Burgos, Navarra y La Rioja.

 

Esta exposición virtual inicia su recorrido en el año 2023, pero irá sumando recursos, imágenes y contenidos de manera continuada hasta el año 2026.

La construcción de Estíbaliz

En la primer mitad del siglo XII, Toda y su hija María López impulsaron la construcción de un gran monasterio en Estíbaliz. Para ello reunieron a los mejores talleres del momento, procedentes en su mayor parte de Francia. Pero pronto el proyecto se frustró y los planes de estas importantes damas chocaron con la realidad política del momento.

 

Sin embargo, aunque Estíbaliz nunca llegara a funcionar como un monasterio cluniacense, la impronta de los talleres que trabajaron en su portada y en los capiteles del interior se extendió de forma extraordinaria tanto en suelo vasco como en regiones limítrofes. 

 

Los ejes de una gran red clientelar

Las mujeres de la familia Haro supieron tejer una compleja red clientelar que ha dejado una profunda impronta en la zona a través de los templos. Éstos eran para las familias nobles su seña de identidad y a través de las imágenes perpetuaban la memoria de sus antepasados.

 

Del mismo modo que las grandes familias de la nobleza se inspiraban en las monarquías de las que eran vasallas, la pequeña nobleza local copiaba también las obras de los templos que tenían en propiedad estos grupos de poder.

 

De este modo, los modelos que podemos ver en capiteles, canecillos, arquivoltas y demás elementos en la iglesia de Estíbaliz, se fueron replicando en otras iglesias más modestas con el propósito de fijar visualmente esta relación clientelar. No sabemos exactamente la naturaleza de este vínculo, pero las imágenes no dejan lugar a dudas.

 

La expansión de unos modelos de origen europeo

Como luego veremos, en Estíbaliz confluyeron dos talleres: uno de origen francés (borgoñón más concretamente) y otro procedente del área normanda. Algunos motivos tuvieron tanto éxito que son decenas las iglesias que todavía hoy los exhiben con innumerables variantes.

 

En una ventana desaparecida en los años setenta (pero cuyos restos aún pueden verse de camino al frontón), podían aún verse las cadenetas que con tanta frecuencia se localizan en templos borgoñones. En las imágenes siguientes comprobaremos la variedad tipológica que adquirió en manos de los talleres locales.

 

Paray-le-Monial (Francia)

Antiguo ventanal (Estíbaliz)

Estíbaliz

Betoño 

San Juan de Markinez

Los dos talleres de Estíbaliz

Las mujeres de la familia Haro supieron tejer una compleja red clientelar que ha dejado una profunda impronta en la zona a través de los templos. Éstos eran para las familias nobles su seña de identidad y a través de las imágenes perpetuaban la memoria de sus antepasados.

 

Taller borgoñón

Taller normando

Ecos borgoñones: Fuidio

Ecos normandos: Leciñana de Oca