La experiencia de la Europa medieval
Desde el norte europeo hasta el Mediterráneo más al sur, con la Borgoña como uno de sus nodos centrales, entre los siglos XI y XIII los caminos se llenaron de talleres, maestros, canteros, modelos e ideas.
Los inicios…
En la primer mitad del siglo XII, Toda y su hija María López impulsaron la construcción de un gran monasterio en Estíbaliz. Para ello reunieron a los mejores talleres del momento, procedentes en su mayor parte de Francia. Pero pronto el proyecto se frustró y los planes de estas importantes damas chocaron con la realidad política del momento.
Sin embargo, aunque Estíbaliz nunca llegara a funcionar como un monasterio cluniacense, la impronta de los talleres que trabajaron en su portada y en los capiteles del interior se extendió de forma extraordinaria tanto en suelo vasco como en regiones limítrofes.
La vida de las formas
[…] Cluny – Nájera – Estíbaliz […]
Las formas recorren también los caminos, viajando desde un lejano capitel hasta un manuscrito, pasando por los márgenes de un libro de modelos y apuntes. Estíbaliz presenta en sus muros una fuerte impronta borgoñona, pero ahí no termina su lejana genealogía.
El estudio atento de sus motivos nos permitirá explorar otras ramas desatendidas que nos llevarán a visitar edificios mucho más al norte, en tierras normandas, donde de pronto aparecen formas de extraña familiaridad.
Pero Estíbaliz no es solamente un punto de llegada, pues se transformará en un nuevo punto de partida, impregnando las iglesias del entorno con motivos que, a su vez, experimentarán nuevas transformaciones y lecturas.